¡Bienvenidos un día más a ‘El drama de mi vida’! Esta vez he intentado compensar los retrasos de estas últimas semanas publicando dos entradas en días prácticamente consecutivos. También he pensado que los lunes estamos todos con el ánimo por los suelos así que he decidido, así porque sí, que ese día será ideal para olvidarse de los problemas leyendo mis dramas. Cómo me desvivo por vosotros…
Aunque por muchos problemas que tengáis los lunes, ningunos serán tan horribles y dramáticos como los míos. A mí aunque me ocurra alguna cosa buena automáticamente aparecerá algo malo que me fastidiará ¡ay qué vida esta!
Aunque por muchos problemas que tengáis los lunes, ningunos serán tan horribles y dramáticos como los míos. A mí aunque me ocurra alguna cosa buena automáticamente aparecerá algo malo que me fastidiará ¡ay qué vida esta!
De todas formas, a pesar de la dureza con la que me trata la vida, ésta a veces me da algún respiro como la semana pasada cuando fui al concierto de Bon Jovi. Para poneros en contexto, cuando era pequeña aprendí antes a cantar 'Living on a prayer' que a decir 'mamá'.
Desde el momento en que me llegaron noticias de que actuaría en mi ciudad los viajes en metro se me hicieron más livianos, no había apenas dolor cuando el ascensor de mi trabajo se averiaba y me tocaba subir tres pisos a pié ni tampoco me importaba que mi jefe decidiera enviarme alguna tarea urgente cuando ya empezaba a recoger mis cosas para irme a casa.
Me pasaría horas hablando de lo maravilloso que fue el concierto, os contaría con todo lujo de detalles que estuvieron casi tres horas tocando sin parar, que empezaron un par de minutos antes de lo previsto y que no pararon de animar a las 50.000 personas asistentes en ningún momento.
Pero me voy a limitar a contar que el precio de las entradas osciló entre los 18 y los 39 €, llámalo campaña de marketing o una gran experiencia en el mundo del espectáculo, pero el grupo decidió no cobrar esa noche para que la gente de España pudiera disfrutar del espectáculo sin pagar un precio desorbitado.
Y todo esto a mí me hace llegar a la siguiente reflexión, no voy a pedir que todo el mundo toque sin cobrar porque al fin y al cabo es un negocio pero ¿no podrían pararse a pensar todos estos grupillos/cantantes-de-moda tanto nacionales como internacionales que cobran verdaderas barbaridades por un concierto a los que llegan tarde para luego tocar poco más de una hora? Creo que deberían aprender de grupos consagrados y darse cuenta que si cuidas a tu público ellos harán lo mismo contigo.
Hablando de "artistas" nacionales, decidme que habéis visto esto:
Luego muchos cantantes se quejan que la gente piratea sus CD's y están perdiendo dinero, pero en casos como el anterior lo que debería ser realmente un delito sería comprar un disco original o pagar para ver un concierto de este estilo. Para que encima te hagan esperar... ¿os imagináis?
Antes de despedirme espero que este cambio de fecha no os haya trastornado tanto como a los que tuvieron que escuchar la versión anterior del tema de Nirvana, estoy segura que os veré de nuevo por aquí. ¡No olvidéis cambiar vuestra alarma del domingo al lunes! Qué haríais sin mí...
Pasad una buena semana y ¡gracias por leerme!
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