domingo, 24 de marzo de 2013

Con fecha de caducidad

Después de un fin de semana largo en el que alcancé la concentración máxima de torrijas que el organismo humano puede soportar, confieso que temo la llegada de la Semana Santa en la que mis tías y demás familia intentarán demostrar que ese tope puede ampliarse.
 
Mientras tanto, estos últimos días he vivido un debate en mi entorno acerca de la durabilidad de los electrodomésticos modernos. Como no quería matar el aburrimiento a base de comida (es algo muy efectivo) para evitarme otro mes a base de caldos y membrillos (que parece que no aprendo...) decidí informarme más detenidamente sobre este tema llamado obsolescencia programada

Es muy interesante saber cómo la gran mayoría de productos que usamos y necesitamos para nuestro día a día tienen una vida programada por su fabricante, con el fin de generar mayor consumo. Pero no os preocupeis, no me he pasado toda la semana dándole vueltas a este tema, ya os he dejado un enlace para que lo leáis vosotros solos. 

De todas formas no os he comentado la obsolescencia programada por que sí, sino porque el otro día estaba tan feliz viendo la televisión (un zapping de esos que tanto ve la gente) cuando este anuncio me sacó de mi preciado letargo:
¿Recordáis a esta chica? Sacó una canción allá por el año 1996 llamada "Duro de pelar" que fue éxito en su época y que, como veréis, ha versionado en el anuncio anterior
Cuando salí de mi asombro, busqué rápidamente en Internet si era la única persona que había sentido vergüenza ajena con lo que acababan de observar mis ojos. Para mi alivio no fue así y los comentarios más astutos no tardaron en aparecer.
Relacionando ambas cosas, para los más despistados la obsolescencia programada y Rebeca, llegué a la siguiente pregunta: ¿las personas también tenemos fecha de caducidad? Me vienen a la cabeza un montón de cantantes/actores/personas-famosas-que-no-sabes-que-hacen-exactamente que entraron en nuestras vidas sin querer, salían hasta en la sopa pero un día sin más desaparecieron.

Uno de los ejemplos más sonados fueron Las Ketchup, sólo 1 de cada 10 personas mayores de 12 años dicen no haber bailado el Aserejé y todos ellos mienten. Entre los años 2001 y 2002 no había emisora de radio, programa de televisión o fiesta local en la que no se escuchara aquella canción. Años después participaron en Eurovisión con el tema Un blodymary que tan solo recibió 21 puntos y, hasta el momento, es lo último que conocemos de ellas ya que desaparecieron sin más.
 
Ojalá se queden como un bello recuerdo del pasado y no imiten a su colega Rebeca... creo que es importante saber cuándo se acabó tu minuto de gloria y evitar caer en la mofa. Y vosotros ¿conocéis algún otro caso?

Espero que la próxima semana volváis a estar aquí para descubrir qué ha atormentado mi mente estos últimos días, no me defraudéis.

 
¡Gracias por leerme!

lunes, 18 de marzo de 2013

It is very difficult todo esto

"En España tenemos una gran asignatura pendiente con el inglés" fue la reflexión a la que llegué después de una tarde entera dedicada al idioma de Shakespeare.
Se me plantean varias causas a semejante problema. Primero esas clases de inglés del colegio que si, que las dabas desde la más tierna infancia, pero que eran impartidas por un profesor nativo de Cuenca (todos mis respetos a los conquenses) cuyo acento británico.. ¡qué demonios! ese profesor tenía de todo menos acento británico.
Para los que no sepáis inglés, en la pizarra debería poner "What is his name" y no "What  his name"
Y eso por no recordar aquellas clases en castellano con libros plagados de fotos de gente rarísima, como nuestro siguiente amigo.
que se complementaban con los "listenings" salidos del aquel radiocassete que acompañaba eternamente a nuestro querido profesor con acento de Cuenca. 
Pero no vamos a culpar al maestro de todo, aunque estos días he leído una noticia relacionada con ellos que me ha dejado sin palabras y que podéis consultar en el siguiente enlace: Maestros suspensos en primaria.

Como venía diciendo, en mi humilde opinión el problema que tenemos con el inglés también tiene relación con la costumbre que tenemos en este país de doblar series y películas. Imagino que todo habéis visto la película E.T., y si no casi con toda probabilidad conocéis la frase "mi casa, teléfono" que pronuncia el extraterrestre.
Este es uno de los gazapos más famosos de la traducción de películas, ya que en la cinta original decía "phone home" que en español significa "llamar a casa". Vale que pudiéramos intuir que el entrañable visitante quería comunicarse con los suyos, pero dime tu a mí si el señor que tradujo esa frase no pudo entender que la palabra "phone" en ese contexto significaba "llamar" y no "teléfono".

Pero dónde más se notan estos errores son en los títulos de las películas en sí, he aquí algunos ejemplos: "Die hard" o lo que sería lo mismo "Duro de matar", pero que se decidió llamar "Jungla de cristal", ¿por qué?
O por ejemplo la película tan conocida como "Tiburón" debió titularse algo así como "Mandíbulas" si somos estrictos a la versión original.
¿Cómo traduciríais al español "True lies"? Para mí sería algo parecido a "Mentiras verdaderas", pero para los señores encargados de ello les pareció mejor "Mentiras arriesgadas"... por interpretaciones que no quede.
Pero, ¿sabéis cuál es realmente la razón por la que tenemos tantos problemas con el inglés? Que nos da miedo intentarlo y que se burlen de nosotros, o que se lo digan a Sergio Ramos en la felicitación de las pasadas navidades
Me da la sensación que mucha de las personas que se rieron de su "morry crisma" no serían capaces de decirlo mucho mejor que él, y lo que no sabe esa gente es que la mejor forma de aprender es equivocándote a la hora de pronunciar las vocales o incluso mezclando palabras de diferentes idiomas.

Después de haberos animado a "salir del armario" la semana pasada reconociendo ver cosas que os da vergüenza hacer públicamente, y aprovechando que ya estáis fuera de él, para los próximos días me gustaría que os olvidéis de los prejuicios que tenemos en este país con las lenguas extranjeras y no huyáis cuando algún turista os aborde con un mapa por miedo a hacer el ridículo. Es preferible un montón de "morry crisma" que un "yo inglés no". 

Pero lo que es realmente preferible es que cada semana sigáis visitando este blog, y para no perder las buenas costumbres me despediré con un ¡¡gracias por leerme!!.

domingo, 10 de marzo de 2013

Haciendo zapping

Reconozco que no veo demasiado la televisión, de hecho mi televisor podría pasar como un objeto decorativo más si no fuera por algún que otro partido de fútbol y los telediarios de la segunda edición de Antena 3... ¿A qué vienen esas caras? ¿Es que vosotros no tenéis ningún vicio?
La verdad es que no suelo pasar mucho tiempo en casa y cuando estoy en ella tengo siempre cosas que hacer, de esta manera es difícil que consiga interesarme por ninguna serie o programa en particular por mucho que lo haya intentado. Pero aún así, esta semana quiero hacer una reflexión sobre un comportamiento que veo bastante a menudo a mi alrededor y que yo he denominado "haciendo zapping".

Imaginad a un grupo de gente comiendo en la cocina de una oficina cualquiera, en un día cualquiera, cuando entra una persona que llamaremos sujeto A. 
Sujeto A: ¡Buen provecho!  por cierto, ¡qué fuerte lo de Danny de Gran Hermano! 
Sujeto aleatorio que estaba comiendo: ¿Lo viste? menudo desgraciado aprovecharse así de Susana y encima dice que para él es como su hermana. 
Sujeto A: Y encima tiene novia, a la que acaban de meter en la casa ¿lo sabíais?
Sujeto aleatorio que estaba comiendo: Claro que si, pero lo peor es que...
Tras varios minutos deleitando al resto de la cocina con los detalles más interesantes de este "reality"...
Sujeto A: ¿Y qué paso ayer en la gala?
Sujeto aleatorio que estaba comiendo: ¡Ah no se! yo es que este año no lo sigo
Sujeto A: Ni yo, esto último lo vi haciendo zapping.
¿¿Por qué lo hacen?? Se han pasado varios minutos hablando sobre un programa, conocen la vida, obra y amoríos de las personas que participan en él pero resulta que aquí nadie lo ve. ¡¡Pues cómo le da a la gente de sí los zappings!!

Antes de seguir, quiero aclarar que mi intención no es juzgar a las personas que ven programas de telerrealidad. Como he comentado en muchas ocasiones me gusta quejarme sin más, evitando por todos los medios ofender a quien pueda leer mi blog. Por lo que percibo a mi alrededor y que he resumido en el ejemplo anterior, parece que son las propias personas que ven esos programas las que se avergüenzan de ello o si no ¿qué sentido tiene ocultarlo?

Debe ser que todo el mundo ve documentales de la 2, aunque ningún canal de esa cadena esté entre los programas de máxima audiencia ¿curioso?
Me gustaría que esta entrada sirviera para que las personas que ven programas, que son incapaces de reconocer en público, salgan por fin del armario y dejen de crear situaciones ridículas. Para que no digáis, yo voy a reconocer ahora mismo que... ¡me encanta ver Hermano mayor! no puedo evitarlo... 
Cada viernes por la noche que me quedo en casa lo veo para observar la fauna, que se supone acabará pagando mi jubilación, y así acabar el día sintiéndome una hija ejemplar. 
De hecho, recuerdo una vez que vi el programa con mi sobrino (que por aquel entonces tendría 8 años) y tras un rato me miró muy seria y me dijo: "Tita, ¿por qué sus padres no los abandonan y se olvidan de ellos?" Bendita infancia.. 

Tras el momento confesión vuelvo a pediros que, cuando os sintáis capaces, os arméis de valor y seáis capaces de reconocer ante vuestros conocidos que sois muy fan de "Granjero busca esposa", que Belén Esteban es vuestro ejemplo a seguir (bueno, eso mejor seguir ocultándolo) o que habéis llamado alguna que otra vez para evitar que expulsaran a alguien de la isla.

Lo que jamás debéis ocultar es que todas las semanas visitáis mi blog para ver qué tontería se me ha ocurrido esta vez, y por eso os quiero.
¡Gracias por leerme!