jueves, 29 de enero de 2015

En el drama de mi paro

Bienvenidos una vez mas a En el drama de mi vida, ¿qué tal va esa cuesta de Enero, demasiado empinada?

Después de las navidades he vuelto a ser la de siempre, me disculpo una vez mas por mi última entrada en la que esto parecía mas bien la consulta de psiquiatra, así que espero no defraudaros en el inicio de nuestro tercer año juntos.
¡Que barbaridad!

Este año ha comenzado con cambios para mi, principalmente porque justo antes de navidad me despidieron del trabajo. 
Ahora pienso que fue todo un detalle no esperar a la vuelta, ya que así al menos las primeras dos semanas se me hicieron mas amenas con tanta gente de vacaciones.

Cuando todo el mundo volvió al trabajo a mi también me tocó crearme mi propia rutina, disfrutar de esta etapa y hacer lo que normalmente no puedo hacer como desayunar tranquilamente mientras Susanna Griso me pone al día de la actualidad.
¡Qué mujer!

O salir a correr cuando es de día, o comer la comida recién hecha y no recalentada en el microondas de la oficina, o darme un paseo por mi ciudad y pararme a contemplar como funciona en un día cualquiera, o un montón de cosas mas que me pierdo en una jornada de 40 horas semanales.

Mucha gente se sorprende de verme tan feliz en esta etapa de desempleada, lo que yo no termino de comprender es por qué ellos me suponen triste en el único momento de mi vida en el que yo decido qué hacer con mi tiempo.
Pero estar desempleada también tiene sus momentos malos y no me refiero a no tener nadie con quien hablar en Whatsapp de 9 a 18 horas, que es una faena, sino por ejemplo al hecho de tener que ir a la oficina del INEM (si tienes la suerte de tener derecho a paro).
Yo he sido afortunada y me correspondían 12 meses así que, tras obtener mi demanda de empleo, me citaron ¡12 días! después para tramitar la prestación que me corresponderá durante este tiempo.

Si no habéis tenido "el placer" de acudir a un sitio de estos, sobre todo desde que comenzó la crisis, os explicaré brevemente en qué consiste: es un lugar lleno de gente de todo tipo (joven, vieja, española, extranjera, con hijos, sin hijos, ...) pero con una característica común, no tienen empleo. Esas personas acuden a este centro porque necesitan la prestación que le da el Estado y, sobre todo, porque tienen derecho a ella. Todos y cada uno de ellos son atendidos por funcionarios (esto es, personas con un trabajo fijo y que jamás se verán en una situación de desempleo) que, por lo general, suelen ser bastante desagradables. 
Mientras miss simpatía me pedía papeles que yo no tenía porque no debía tenerlos para a continuación darse cuenta que los tenía que tener ella y ni siquiera disculparse de ello, me dio por escuchar qué se hablaba en la mesa de al lado.

Una mujer acompañada de una niña pequeña le preguntaba muy preocupada a su funcionaria correspondiente si iba a tener la suerte de poder acceder a una ayuda de 420 €, su prestación por desempleo había finalizado dos meses antes. Afortunadamente a esta señora le tocó la "funcionaria simpática" y tras mucho bucear en su escasa vida laboral le pudo dar la buena noticia pero, yo me quedé con la duda ¿Qué hubiera ocurrido si le hubiera tocado la misma persona que a mi me estaba atendiendo con cara de perro?
Otro problema de estar en búsqueda activa de empleo son las entrevistas de trabajo, no entiendo por qué la gente decía que yo estaba parada cuando no he dejado de recorrerme la ciudad y pueblos de alrededor ya que ninguna de las empresas que me llamaban estaban situadas precisamente al lado de mi casa. No lo entiendo, ¡ya es por pura probabilidad!

Lo que mas me encantaba de todo era el momento en el que te preguntaban "y bien, ¿cuales son tus expectativas salariales?" pregunta a la que yo, para evitarme problemas siempre respondía con algo parecido a "en mi último trabajo cobraba X". Reconozco que todos aumentamos algo la cifra, yo por ejemplo la suelo incrementar aproximadamente un 5% sobre el salario bruto anual y ¿sabéis qué? Muchas veces me decían que esa cantidad era mucho para mi puesto.
¿Perdón? ¿Qué insinúas exactamente, que soy una mentirosa o que en mi antigua empresa estaban locos y pagaban unos sueldazos? Mientras salías del shock ellos aprovechaban para hacerte una oferta en la que acabaría cobrando en torno al 15% menos que en mi último empleo.

Así que al final, después de hacerte varios viajes de hora y media, a veces para escuchar tonterías, te mandan un correo muy educado en el que te dicen que eres genial pero que tu perfil no encaja con ninguna de sus ofertas actuales.
¿Entonces para que demonios me habéis hecho dar estos paseos? ¿Ocio?

Pero toda época tiene su fin y afortunadamente (o no, porque yo en mi casa era muy feliz) he encontrado un nuevo trabajo que me hará mantenerme ocupada durante, espero, mucho tiempo.
Mucha suerte a todos los que aún estéis dando vuelvas con el currículo en la mano y ¡gracias por leerme!

lunes, 5 de enero de 2015

Pasando página

Bienvenidos una semana mas a En el drama de mi vida, ¿Qué tal todo? ¿Sois un poco más "cool"? No me defraudéis.

Disculpad mi ausencia estos últimos días, pero como bien sabéis la Navidad me desquicia y me deprime a partes iguales así que no me sentía con ganas de escribir. La culpa la tiene el Corte Inglés que cada año comienza antes, lo que provoca una guerra de comercios para ver quién pone antes el espumillón y nos condena a los demás a pensar en Papá Noel desde finales de octubre.
Debe ser eso, sino no me explico porque llevo unos días algo melancólica. ¡Con lo que yo he sido! y he de reconocer que me he comportado como una auténtica Nancy llorona después de ver el anuncio de la lotería.
Este ataque (espero temporal) de sensibilidad me ha hecho pararme un momento y echar la vista atrás en los episodios de mi vida que aún me duelen y de los que me cuesta hablar por muchos años que pasen. ¿Y sabéis qué? He decidido echarle valor e ir cerrándolos para poder continuar con mi camino.

Antes de continuar siento si esta entrada se parece mas a un libro de Jorge Bucay que a un drama de mi vida...
Estáis a tiempo de dejar de leer y esperar a la próxima para volver a la normalidad, pero es que ¡¡estas fechas me acaban minando la moral!!

Como os iba contando a lo largo de nuestra vida solemos ir dejando temas pendientes: personas que en su momentos nos hicieron daño y que apartamos de nuestro lado, gente que por el contrario nos apartó de su camino porque nuestra compañía dejó de ser grata, amigos con los que hemos perdido el contacto sin entender bien por qué... Muchas veces con el tiempo lo olvidamos y si alguna vez vuelve el recuerdo no te afecta lo más mínimo, pero cuando se sufre al recordar ¿cómo pasar página?
Un día hace aproximadamente un mes estuve recordando un caso así. Había sido una persona muy cercana a mi durante un tiempo hasta que, por circunstancias de la vida, tuvimos varias discusiones que terminaron por romper el contacto definitivamente. Después de muchos años me paré a pensar que aquello por lo que nos enfadamos había perdido el sentido, pero aquella situación me seguía doliendo hasta el punto que su sola presencia me incomodaba. ¿Qué podía hacer? Decidí enviarle un mensaje para preguntarle qué tal le iba todo, con miedo de que no respondiera.
Pero nada mas lejos de la realidad nos intercambiamos algunos mensajes que me ayudaron a cerrar (¡por fin!) aquel capítulo doloroso de mi vida.

Aprovechando que estaba melancólica me paré a pensar en la gente que me rodea, tanto para bien como para mal. En ese amigo al que ves cada dos meses pero que escucha todas tus retahíla de miserias sin pestañear cuando te da el típico pedo llorón
O que te llama de repente porque necesita que quién conoce todas y cada uno de sus dramas desde los 14 años le consuele...
¿Y qué decir de aquel que conoces desde hace años, con quien nunca has pasado de tener una relación cordial pero un día te llama para tomar algo? De repente te das cuenta que al igual que tú también tiene sentimientos.

Pero también está aquella persona muy cercana en una época de tu vida pero muy tóxica en la actualidad, te apetece verla pero cuando llegas a casa te sientes deprimido, eres más feliz sin hablar con ese amigo que cuando le ves. Muchas veces el miedo a la soledad o los buenos recuerdos del pasado nos hace seguir aguantando, pero no nos paramos a pensar que quizás ha llegado el momento de decir "adiós" y conocer a gente nueva o pararnos un poco más en quienes ya creemos conocer.

Por favor ¿Me estáis leyendo? ¡Que alguien me pare! Yo os dejo, voy a sacar el helado del congelador.
¡Gracias por leerme!