domingo, 27 de octubre de 2013

Imbéciles

Bienvenidos una semana más a En el drama de mi vida, no os miento si confieso que me sorprendo de ver cómo seguís volviendo cada lunes sobre todo teniendo en cuenta que mis desvaríos van en aumento. Yo no soy nada sin vosotros y vosotros no sois nada sin mí, me temo que estamos condenados a entendernos.
Creo que alguna vez os he comentado (o si no lo habré soñado) cómo preparo cada una de mis publicaciones: pienso de qué demonios os voy a hablar, busco imágenes, vídeos y noticias relacionados con el tema elegido y por último ordeno mis ideas para que leerme no se convierta en un suplicio.
Estos días atrás no fueron una excepción y el viernes mi nueva entrada estaba prácticamente lista para darle al botón de Publicar y que todos disfrutarais de lo bueno, pero ese día descubrí algo que cambió mi vida: Todo el mundo, menos vosotros que ya sabéis que os adoro, es imbécil. 
Entenderéis que tiene prioridad sobre cualquier otra cosa...

Como os comentaba todo empezó el viernes cuando yo salía de mi casa feliz y contenta porque esa tarde iba a echarme una siesta de esas que hacen historia, trabajar es algo que me agota y me pone de muy mal humor.
Llovía (vamos, cuatro gotas, tampoco os penséis que caía el diluvio universal) pero eso no era problema para mí porque la noche anterior mi amado Matías me lo avisó, así que yo me planté mi mejor estilismo para los días lluviosos tal y como mandan los cánones de la moda.
Cuando subí al autobús que me lleva al intercambiador donde tomo la lanzadera que finalmente me lleva al trabajo (vivir en una gran ciudad es maravilloso ¿verdad?) no imaginaba ni por asomo lo que se iba a complicar mi mañana, pero cuando a escasos metros del intercambiador observé con pavor que el tráfico se paraba me entró un sudor frío que no se me quitó hasta bien entrada la tarde.
Como vi que ya perdía la lanzadera que pensaba tomar y que como siguiera metida en ese autobús que no se movía iba a echar una mañana muy buena con aquel conductor tan majo, decidí apearme y completar los últimos metros caminando. Mi sorpresa fue que no vi ningún accidente ni nada que a simple vista justificara aquel atasco, sólo vi a un montón de conductores enfurecidos que tocaban el claxon sin parar como si aquello pudiera arreglar el tapón que se había formado, la crisis económica y el hambre en África.
Mi trayecto en la lanzadera no fue mucho mejor, para empezar la siguiente que debía pasar se perdió en alguna retención así que me tocó esperar bajo la lluvia mientras rezaba que el siguiente autobús apareciera.
Y cuando hizo acto de presencia fue para meterse de cabeza en otro atasco. Tardé 2 horas y 20 minutos en un trayecto que normalmente no supera los tres cuartos de hora, así que aproveché todo el tiempo que pasé recluida en autobuses para reflexionar sobre el tema de hoy: ¿qué ocurre para que cuando llueva se creen estas retenciones de tráfico tan impresionantes? Primero pensé que a nadie le gusta mojarse así que por ello cuando caen tres gotas muchos optan por ir a trabajar en coche cuando normalmente lo hacen en transporte público. Esa idea se esfumó rápidamente de mi cabeza porque el transporte público iba hasta los topes. ¿Será que nos multiplicamos con el mal tiempo?
Bueno, entonces será porque con la lluvia la adherencia de las ruedas es peor y se generan más accidentes de tráfico. Tampoco me vale, para empezar eso lo sabe cualquiera que haya aprobado el teórico (aunque a más de uno parezca que le regalaron la licencia en una tómbola) y que haya conducido más de una vez en su vida con agua en la carretera. Entiendo que la primera vez te pille desprevenido, pero las demás ya es vicio. Así que mi única conclusión es que la gente es imbécil, porque sí.
Porque yo creo que cuando un individuo cualquiera coge el coche una mañana y ve que llueve, piensa "Uy voy a frenar, que así se arregla todo" pero no, así sólo haces que el que va detrás de ti frene y así sucesivamente hasta que el atasco que has creado llega hasta los Pirineos. Y tu tienes ganas de saber quién es ese listo que en cada día de lluvia toma esa decisión tan estúpida y decirle un par de cosas de parte de las miles de personas que han perdido dos horas de su vida en la carretera
Así que ya sabéis, si sois ese imbécil que decide frenar cuando llueve pensároslo un par de veces antes de que colapséis el tráfico de vuestra ciudad.

Os dejo por hoy, no sin antes dejar que mi siguiente amigo recuerde a los más despistados que si no habéis cambiado la hora ¡¡no sé a qué esperáis!!
¡Gracias por leerme! 

lunes, 21 de octubre de 2013

Novatos

Binenvenidos una semana más a En el drama de mi vida. Antes de nada os pido disculpas por no publicar nada la semana pasada, pero a veces y de manera excepcional experimento lo que algunas personas llaman "felicidad" y no tengo nada de lo que desee quejarme.
No temáis porque aquello pasó y he vuelto con más fuerzas que nunca.

¿Qué me ha ocurrido esta vez? Pues que después de tanta entrevista de trabajo ¡¡por fin pude cambiar de empleo!!
Dadme la enhorabuena.

Pero a pesar de que es un grata noticia, no hay que olvidad que lleva consigo un montón de "accesorios" de los que no eres consciente hasta que llega tu primer día. Para empezar ese paseíllo infernal en el que te presentan a unas 100 personas cuyas caras olvidarás en cuanto saludes a la siguiente, es maravilloso porque luego te cruzas con ellas y, como no las conoces, no las saludas. Buena manera de que piensen que eres un maleducado.
Mientras memorizas a contrarreloj cada cara con sus nombre correcto, probablemente renombres a toda la oficina como perdona: perdona ¿dónde está el baño?, perdona es que tengo una duda o perdona ¿cuál es tu nombre? Porque esa es otra, si eres el nuevo tienes la misión de preguntar absolutamente todo.
Pero a mi gusto, lo más agobiante del principio es ese sentimiento de abandono que te persigue constantemente, me explico. Cuando eres el nuevo esperas que tus compañeros sean normales educados y te integren en el grupo (os aseguro por experiencia que no es algo tan evidente) pero al principio es obvio que les tengas que "recordar" como una alarma que existes y que vas a empezar a formar parte de su equipo, sino puede que a veces se les vaya el santo al cielo. Como consecuencia de eso los primeros días estás alerta de cualquier movimiento que ellos puedan realizar para no quedarte atrás.
El otro día sin ir más lejos vi que mi compañero de mesa se levantó y no dudé en seguirle por si había alguna conspiración contra mí para no avisarme para comer, cuando acabé en el lavabo de caballeros y me lanzó una mirada de asombro y miedo sólo se me ocurrió decir: "perdona, ¿este es el baño?
Otra cosa de la que no fui consciente hasta la noche antes de empezar fue el tema de la vestimenta ¿cómo se me pudo pasar algo así a mí? Ante la duda yo siempre recomiendo pasarse de elegante, pero cuando te has plantado tus mejores galas pero al llegar ves que las rastas de tu jefe superan la altura de tus tacones hace que tu condición de nuevo destaque aún más si cabe. Entonces te imaginas lo siguiente:
- ¿Quién es esa que parece que va de boda?
- La nueva, ¿no ves la cara de susto que tiene?
- Es verdad tío, a mi antes me siguió hasta el coche preguntándome si desde ahí salía el autobús.
- Qué tía más rara, ignoremosla
Llega la hora de la comida y a pesar de todo te avisan para comer mientras tu reprimes unas lagrimitas de emoción: por fin llegó el momento.
Y llega otro dilema, porque como verás el principio la mayor tontería se convierte en un estrés, no sabes si limitarte a comer, escuchar y que tu presencia se note lo menos posible o por otro lado meterte donde no te llaman e intentar participar en las conversaciones. En mi caso los nervios me hicieron hablar compulsivamente... así voy ganando puntos para ser na nueva "rara" del equipo.
Ya he rebasado con creces el límite entre los nervios y la paranoia, lo mejor es que intente eliminar tanto pensamiento negativo centrándome en el trabajo pero ¿qué trabajo? Llevas horas sin hacer nada porque, a pesar de que le has pedido algo a tu jefe, está tan ocupado con cosas "importantes" que no tiene tiempo para ver qué chorrada te puede mandar para que te entretenga. Estar sin hacer nada no sería problema si no quedara poco profesional estar sentado frente al ordenador pensando en tus cosas, o revisando cada movimiento de tus compañeros por si de repente salen todos corriendo para no avisarte, mientras tu superior se pasea por la zona pero claro, si te ha dicho que ahora te manda algo no vas a acosarle a mails cada media hora, demasiada fama de chiflada me he ganado a lo largo del día.
Me preguntaréis cuánto dura esta tortura, sólo hay una respuesta: cuando entra otro nuevo a la empresa y ves que tiene más miedo que tú. En ese momento tu pagas toda esta frustración con él ¡¡que se fastidie y sufra como he sufrido yo!!
A quienes no haré sufrir será a todos los nuevos lectores de este blog así que difundidlo entre vuestros amigos y conocidos. Mientras tanto os dejo por hoy con la promesa de volver el próximo lunes con un nuevo drama para vosotros, soy un imán de problemas.

¡Gracias por leerme!

lunes, 7 de octubre de 2013

Anuncios sexistas

Bienvenidos una semana más a En el drama de mi vida, no voy a deciros que es el lugar donde olvidáis vuestras bajezas leyendo las mías porque sé que lo sabéis y no me gusta ser cansina...
Así que esta vez iré directa al grano.

¿De qué quiero quejarme esta semana? Os contaré la siguiente historia: A principios de año la RAE cumplió 300 años-
Y, como es una edad a la que no llega todo el mundo, la Asociación de Publicistas de España les regaló hace poco un anuncio que veréis a continuación.
No voy a entrar si este anuncio es bueno, malo o regular, sólo lo he mencionado porque varias asociaciones de mujeres esta semana lo han denunciado por "reproducir los estereotipos machistas". Por otro lado hace unos días observé con una mezcla de asombro y preocupación como mi sobrino de poco más de dos años afirmaba que las chicas se tenían que quedar en casa mientras los chicos tenían que trabajar.
Todo esto me hace reflexionar si, aunque las cosas afortunadamente han cambiado en las últimas décadas, seguimos viviendo en una sociedad que mientras proclama la igualdad de género muestra un día a día en el que la mujer sigue un escalón por debajo.

No sé si soy la única que se ha dado cuenta de la imagen que se muestra de las mujeres en la publicidad, en ella se las muestra bajo los estereotipos clásicos del cuidado de los hijos y la familia. Y para muestra, los siguientes ejemplos:

1.- El ventero
A simple vista es un anuncio blanco, de esos que te deja indiferente, pero si os fijáis bien el papel de la madre es claro: no participa en la discusión familiar y su función es alimentar a los demás gracias al nuevo queso que anuncia. ¡Ahora más fácil de servir porque ya viene cortadito!

2.- Pronto
Parece que según esta marca los únicos seres humanos que limpian el polvo son las mujeres, de cualquier edad, debe ser que los hombres son más de planchar...

3.- Ariel
Bueno, es que este anuncio simplemente ¡¡no lo puedo soportar!!

Tras leer esto muchos me tacharéis de tiquismiquis, opinaréis que le busco demasiado significado a un anuncio que no tiene maldad ninguna, pero me gustaría que a partir de ahora fuerais capaz de captar esa información subliminal y daros cuenta del modelo de sociedad que a estas altura de siglo se nos intenta imponer. 
Me indigno, voy a tomarme algo light para sentirme mejor conmigo misma y con los demás.
¡Gracias por leerme!