domingo, 29 de septiembre de 2013

Entrevista de trabajo

Me congratula recibiros una semana más En el drama de mi vida, sé que cada lunes os veré merodeando por aquí ya que las miserias se llevan mejor si son compartidas y más aún cuando te das cuenta que hay gente peor que tú. Me pone muy nerviosa la gente que abusa de refranes, pero en esta ocasión viene al pelo uno que dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos” y yo añado “aunque consuelo de todos modos”, así que ¡¡Bienvenidos todos!!
Volviendo a lo importante, esto es a mí, mi depresión postvacacional parecía no tener fin. Mi móvil nuevo me levantó el ánimo durante unos días aunque al poco tiempo regresé a la melancolía y apatía inicial, hasta que descubrí que el origen de mi tristeza era el trabajo. Tras mucho reflexionar llegué a la conclusión de que por lo visto yo no nací para pasar mis días en una oficina rodeada de gente fea y rara
Pero la opción de dejar mi trabajo no puedo ni plantearla porque si no me condenaría a no poder renovar mi armario cada temporada y ¡Eso sí que no! ¿Qué podía hacer? Estaba claro que necesitaba cambiar de empleo, y para ello tenía que volver a... ¡¡La entrevista de trabajo!!
Pero antes de que te llamen ofreciéndote algo, el paso previo es buscar ofertas en páginas dedicadas a la búsqueda de empleo. Entras en ese perfil que te creaste hace siglos y observas con estupor que la última actualización es de cuando aprobaste la secundaria, ¿Y qué me decís de esa foto de perfil con una pinta de púber que no puedes soportar?
Esto hay que cambiarlo, y empiezas por lo esencial: la foto. Tras poner tu posado más natural y que a la vez muestre que eres el profesional que toda empresa desearía tener
Toca actualizar los conocimientos adquiridos en los últimos años, sin olvidar el inglés. ¿Qué nivel pongo? Pues...  un intermedio alto, ¡con un par!.
Exagerando algún que otro punto de tu currículo, todo entrevistador que se precie da por hecho que no has sido sincero al 100%, esperas pacientemente a que alguna empresa decida llamarte
Días, semanas o meses después recibes la llamada de unos señores que vieron la solicitud que les enviaste un día que solicitaste empleo a otras 30 empresas. ¿Te acuerdas de la oferta? Pues mira... no, pero eso no es lo que tienes que responder así que te haces la sorprendida y contestas "¡Por supuesto que me acuerdo!", primera mentira.
Volviendo a la conversación, en ella te preguntan brevemente tu experiencia, conocimientos y por último que le envíes tu currículo para ver si encajas en su oferta, entonces te preguntas que si ni siquiera han leído mi solicitud ¿con qué criterio me han llamado?.

Bueno mejor, que si leen lo del inglés son capaces de hacerme alguna pregunta en ese idioma y no me hubieran dado ni la opción de enviar mi currículo. Pero ¿Qué me decís de cuando te llaman para una entrevista cara a cara? Ahí tienes que cuidar mucho tus respuestas y, lo más importante, que tu cara exprese lo mismo que tus palabras. Me explico volviendo a tomar como ejemplo el inglés, no puedes decir que tienes un nivel B2 y que tu cara al cambiar el idioma sea:
Porque entonces todo el esfuerzo: ropa que te de el pego de profesional, buscar la oficina,.. no habrá servido absolutamente de nada.
Lo peor de todo es que, con la excusa de la crisis y que por cada plaza vacante hay unos 20304 candidatos, por un sueldo miserable te piden al menos que hayas fundado Google mientras trabajabas en Apple y estudiabas 2 carreras siendo en ambas el primero de tu promoción. Si ese no es tu caso, siempre puedes humillarte un poco para ellos
Todo para finalmente escuchar el famoso: "Ya te llamaremos", tras la que tú te vas ilusionado porque digo yo, a alguien llamarán ¿Verdad?
Yo si que llamaré todas las semanas a vuestra puerta, por que sé que lo necesitáis básicamente... ¡Gracias por leerme!

domingo, 22 de septiembre de 2013

Mi nuevo juguetito

Bienvenidos una semana más a En el drama de mi vida, el lugar donde abro mi corazoncito (que lo tengo, no lo olvidéis) para sentirme mejor conmigo misma. ¿Por qué? porque siento que este blog es un regalo a cada uno de vosotros para que vuestras insulsas vidas tengan alguna razón de ser.
De nada.

Pero hay veces que me siento tan miserable que con compartir las migajas de mi vida con vosotros no me es suficiente, y eso fue lo que me ocurrió la semana pasada al reincorporarme al trabajo. Me hallaba desolada por la vuelta a la rutina así que pensé qué podría hacerme realmente feliz... Acabé visitando la web de Mango, Zara y similares, pero algo fallaba porque ni siquiera percatarme que el próximo otoño si no tienes algo de estilo "punk" en tu armario no eres nadie, levantó mi ánimo.
Tras adquirir unos pantalones monísimos, estaba de bajón pero eso no iba a impedir que abandonara esas webs sin llevarme nada a casa, me dí cuenta que la pena que me invadía era peor de lo que pensaba. Cambiar la playa por la oficina, la música del chiringuito por el sonido del teléfono y los mojitos por el café de máquina... pues que queréis que os diga, eso da pereza a cualquiera.
Tenía que animarme porque mis jefes iban a percatarse y eso sólo empeoraría la situación, así que me puse manos a la obra. Necesitaba algo más que ropa, algo más brillante (y no me refiero a las cazadores del Bershka), más caro, más todo... así que finalmente me decanté por renovar mi teléfono móvil. Era algo totalmente necesario, ya que el que tenía hasta entonces era algo tal que así:

Y no, no exagero ni un poquito. Tras varios días acosando a mi portero con preguntas del tipo "¿Ha llegado un paquete a mi nombre? ¿Seguro que has mirado bien? ¿Te pagan para que seas tan borde?" que cada vez que aparecía ocurría algo parecido a esto:
Un día al acercarme a su garita noté que me lanzaba un paquete a la cara, así como con rencor... ¿qué mosca le habrá picado? me daba igual, tenía mi nuevo juguetito y necesitaba empezar a utilizarlo en ese mismo momento.
Pero cuando abres las instrucciones por "Guía rápida de instalación", porque pasas de leer más allá de lo básico, te das cuenta que tienes que cargar el terminar al 100% antes de empezar a utilizarlo. ¿Qué clase de tortura es esa?
Cuando se enciende la luz verde, que has estado revisando cada 5 segundos para ver si ya estaba cargado, hemos de reconocer que los primeros instantes con un móvil nuevo son tal que así:
Y quién diga lo contrario miente como un bellaco, pero a los pocos días sientes que llevas con él toda una eternidad y te preguntas cómo pudiste vivir sin él. Mi pequeño...
Ya tengo felicidad hasta que me olvide que es nuevo, así que os abandono hasta la próxima semana porque tengo muchas aplicaciones que actualizar y mucha pantalla táctil que toquetear.

No me echéis mucho de menos, nunca os abandonaré
¡Gracias por leerme!

domingo, 15 de septiembre de 2013

Vuelta al trabajo

Bienvenidos una semana más a En el drama de mi vida, el blog en el que yo cuento mis problemas, vosotros los leéis y por último pedís perdón por quejaros de tonterías. Como habréis visto a lo lago de estos últimos 9 meses, la vida de una "drama queen" como yo no es fácil:
Aunque soy consciente que muchos de vosotros pretendéis imitarme, lo único que podéis hacer es  leer y aprender o, como dice mi nuevo ídolo de la semana:
Lo que os digo, muy fan.

Volviendo a lo que nos concierne cada semana, os comunico con todo mi dolor que se me acabó lo bueno... Hoy comienzo mi particular vuelta al cole, al tupper, mi particular depresión post-vacacional y a contar los días que faltan hasta el próximo puente que, me temo, hasta Noviembre no llegará.
Y hoy vuelvo a escuchar temida frase que más odio seguida de "Relájate" en mitad de una discusión, y esta no es otra que "Pero no te quejes, al menos tienes trabajo". ¿Por qué no debo hacerlo? Si por mí fuera no habría ni un sólo parado en este país, y siento mucho la situación que viven muchas familias
Pero ¿por qué tengo que conformarme con mi trabajo si la situación no es buena?. Que conste que esto es una reflexión general, no es que trabaje en condiciones infrahumanas ni nada parecido, y que quede dicho que estoy muy agradecida de poder contar con un empleo en estos tiempos tan turbios. Pero lo que no se dice muchas veces es que los que aún tenemos la suerte de trabajar (y no voy a decir la suerte de cobrar a final de mes porque ya conozco muchos casos en los que lo primer no implica necesariamente lo segundo) no lo hacemos, por lo general, en las mismas condiciones que antes sino que muchas veces se nos pone al límite sabiendo que si queremos cambiar lo tendremos más que complicado.
Así que a todos los que habéis vuelto de vacaciones o estáis en ello os animo a quejaros sin parar, pero en silencio.. que me deprimís más de lo que ya estoy en mi vuelta. Aunque siempre podré decir la mítica frase que dice todo aquel que ha pasado unos días sin acudir al trabajo, aunque sean dos días, y es: "Uy, ya ni me acuerdo de cómo era mi contraseña..."
¿Por qué lo haces? Te has pasado una semana sin venir a trabajar y ¿tienes que hacer el paripé del que se marcha un mes de vacaciones? De donde estaba la cocina si te acuerdas ¿verdad? En fin... como comprobaréis hoy no estoy de humor, nos vemos la próxima semana.

Por cierto, si queréis que cada vez que publique una entrada os llegue un correo súper molón avisándoos de ello no tenéis más que suscribíos donde pone "Sígueme por correo electrónico" en la parte superior derecha de la página. Ya me lo agradeceréis en otro momento, ahora si que me marcho.
¡Gracias por leerme!

lunes, 9 de septiembre de 2013

Volver a empezar otra vez...

Me alegra recibiros una semana más en el drama de mi vida, y me alegra aún más porque sé que se os ha juntado la vuelta de las vacaciones con que el lunes pasado decidí tomármelo de vacaciones, así que vuestro estado depresivo debe estar en plena ebullición. No mintáis que me consta que lleváis días sentados frente a vuestro ordenador a la espera que yo publique mi nuevo drama personal.
Algo parecido, si...

Pero debéis entendedme, después de todo Agosto disfrutando de la tranquilidad de una ciudad vacía me da demasiada pereza tener que oír a todas esas personas lamentándose de la brevedad de su descanso mientras vuelven a llenar las calles y el transporte público de mi amada urbe. Por este motivo decidí marcharme sin deciros nada para disfrutar de mis merecidísimas vacaciones justo cuando todos vuelven.
Ya tengo yo demasiados dramas como para tener que estar escuchando vuestras tonterías de que si tenéis depresión postvacacional o sobre que habéis ganado algunos kilos comiendo tanto helado
Y que ahora prometéis ante el niño Jesús que vais a cambiar la dieta y apuntaros al gimnasio.

¿Pero sabéis qué es lo peor de todo? Quienes parecen que se van de viaje única y exclusivamente para hacerse fotos... parece absurdo ¿verdad? Pues os prometo que ese tipo de gente existe y son lo peor que te puedes tener de contacto de "whatsapp". Sí queridos fans, antiguamente bastaba con no quedar con ese amigo pesado para evitar pasar unas preciosas horas de tu vida viendo unas fotos cursis que nunca querrías ver de tu colega y su pareja y que te hace preguntarte si todos nacemos con el sentido del ridículo activado o simplemente hay quien no tiene de eso...
Ahora con las aplicaciones de mensajería instantánea todos tenemos la suerte de "disfrutar" de las fotos de ese amigo petardo en el mismo instante en el que las hace. Imagínate tan feliz en el sofá cuando recibes una foto de un amigo tumbado en su habitación de hotel junto a su pareja, ahora sigue viendo la televisión (espero que sea un nuevo capítulo de Empeños a lo bestia) sin imaginar qué harán esos dos en esa cama en ese preciso momento... ¡¡arg!!
¿Entendéis ahora por qué me fui dejando mi teléfono móvil y ordenador en la maleta? Preferí desconectar de todo limitándome a estudiar el tipo de gente con la que compartía hotel durante mis vacaciones. Es muy curioso observar de qué manera pierde la gente los papeles cuando le pones un buffet libre delante de las narices, juro que he visto a hombres rellenar botellas con los grifos de zumo del desayuno mientras sus mujeres guardaban bollos de pan envueltos en servilleta y sus hijos comían  huevos fritos con napolitanas de chocolate por la única razón de que era gratis.
Veréis que ni en vacaciones consigo relajarme, así que ahora que he vuelto a la rutina he decidido comprar unos fascículos muy útiles para aprender a hacer crochet que he visto anunciados en televisión.
Porque no vamos a negar que los de RBA hacen su agosto durante el mes de Septiembre con su colección más absurda de coleccionables, que va desde "Mariquita Pérez" a "Aprende a bailar en unos sencillos pasos" 

Pasando por "Cómo construir tu propio buque de guerra". Si todos los años por estas fechas hacen su aparición será porque alguien lo comprará ¿no lo creéis vosotros también? 

Demasiadas cosas para reflexionar esta semana, os dejo hasta el próximo lunes ¡Gracias por leerme!