De nada.
Pero hay veces que me siento tan miserable que con compartir las migajas de mi vida con vosotros no me es suficiente, y eso fue lo que me ocurrió la semana pasada al reincorporarme al trabajo. Me hallaba desolada por la vuelta a la rutina así que pensé qué podría hacerme realmente feliz... Acabé visitando la web de Mango, Zara y similares, pero algo fallaba porque ni siquiera percatarme que el próximo otoño si no tienes algo de estilo "punk" en tu armario no eres nadie, levantó mi ánimo.
Tras adquirir unos pantalones monísimos, estaba de bajón pero eso no iba a impedir que abandonara esas webs sin llevarme nada a casa, me dí cuenta que la pena que me invadía era peor de lo que pensaba. Cambiar la playa por la oficina, la música del chiringuito por el sonido del teléfono y los mojitos por el café de máquina... pues que queréis que os diga, eso da pereza a cualquiera.
Tenía que animarme porque mis jefes iban a percatarse y eso sólo empeoraría la situación, así que me puse manos a la obra. Necesitaba algo más que ropa, algo más brillante (y no me refiero a las cazadores del Bershka), más caro, más todo... así que finalmente me decanté por renovar mi teléfono móvil. Era algo totalmente necesario, ya que el que tenía hasta entonces era algo tal que así:
Y no, no exagero ni un poquito. Tras varios días acosando a mi portero con preguntas del tipo "¿Ha llegado un paquete a mi nombre? ¿Seguro que has mirado bien? ¿Te pagan para que seas tan borde?" que cada vez que aparecía ocurría algo parecido a esto:
Un día al acercarme a su garita noté que me lanzaba un paquete a la cara, así como con rencor... ¿qué mosca le habrá picado? me daba igual, tenía mi nuevo juguetito y necesitaba empezar a utilizarlo en ese mismo momento.
Pero cuando abres las instrucciones por "Guía rápida de instalación", porque pasas de leer más allá de lo básico, te das cuenta que tienes que cargar el terminar al 100% antes de empezar a utilizarlo. ¿Qué clase de tortura es esa?
Cuando se enciende la luz verde, que has estado revisando cada 5 segundos para ver si ya estaba cargado, hemos de reconocer que los primeros instantes con un móvil nuevo son tal que así:
Y quién diga lo contrario miente como un bellaco, pero a los pocos días sientes que llevas con él toda una eternidad y te preguntas cómo pudiste vivir sin él. Mi pequeño...
Ya tengo felicidad hasta que me olvide que es nuevo, así que os abandono hasta la próxima semana porque tengo muchas aplicaciones que actualizar y mucha pantalla táctil que toquetear.
No me echéis mucho de menos, nunca os abandonaré
¡Gracias por leerme!
Tras adquirir unos pantalones monísimos, estaba de bajón pero eso no iba a impedir que abandonara esas webs sin llevarme nada a casa, me dí cuenta que la pena que me invadía era peor de lo que pensaba. Cambiar la playa por la oficina, la música del chiringuito por el sonido del teléfono y los mojitos por el café de máquina... pues que queréis que os diga, eso da pereza a cualquiera.
Tenía que animarme porque mis jefes iban a percatarse y eso sólo empeoraría la situación, así que me puse manos a la obra. Necesitaba algo más que ropa, algo más brillante (y no me refiero a las cazadores del Bershka), más caro, más todo... así que finalmente me decanté por renovar mi teléfono móvil. Era algo totalmente necesario, ya que el que tenía hasta entonces era algo tal que así:
Y no, no exagero ni un poquito. Tras varios días acosando a mi portero con preguntas del tipo "¿Ha llegado un paquete a mi nombre? ¿Seguro que has mirado bien? ¿Te pagan para que seas tan borde?" que cada vez que aparecía ocurría algo parecido a esto:
Pero cuando abres las instrucciones por "Guía rápida de instalación", porque pasas de leer más allá de lo básico, te das cuenta que tienes que cargar el terminar al 100% antes de empezar a utilizarlo. ¿Qué clase de tortura es esa?
Cuando se enciende la luz verde, que has estado revisando cada 5 segundos para ver si ya estaba cargado, hemos de reconocer que los primeros instantes con un móvil nuevo son tal que así:
Y quién diga lo contrario miente como un bellaco, pero a los pocos días sientes que llevas con él toda una eternidad y te preguntas cómo pudiste vivir sin él. Mi pequeño...
Ya tengo felicidad hasta que me olvide que es nuevo, así que os abandono hasta la próxima semana porque tengo muchas aplicaciones que actualizar y mucha pantalla táctil que toquetear.
No me echéis mucho de menos, nunca os abandonaré
¡Gracias por leerme!
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