jueves, 7 de mayo de 2015

En el drama de mi pie

Bienvenidos unas semana más a En el drama de mi vida. ¿Qué tal? Yo fatal…
En la última entrada os comenté que, entre otros muchos horrores que me acechaban últimamente, me había lesionado mi preciado pie izquierdo (porque yo soy muy zurda para todo). Y como sé que os habéis quedado con la intriga esta semana hablaré largo y tendido del tema, para poder solucionar todas las dudas que os hayan podido surgir.

¿Cómo ocurrió todo? De la manera más absurda, como suelen ocurrir la mayoría de las cosas, simplemente un día me levanté y noté dolor en la planta del pié. Al principio no le di importancia porque pensé que podría haber sido de una mala pisada, un zapato o simplemente que mi pie aquel día lo tenía tonto. Pasaron los días sin que el dolor cesara, todo lo contrario, hasta que en una ocasión mi planta del pie era más parecida a unas skechers.
Hay gente que me ha lanzado el típico comentario tipo “Cómo se nota que no tienes hijos, te escuchas demasiado”.
No sé si algún día llegaré a tener descendencia, pero espero que si esto ocurre y una mañana aparezco con el pié totalmente hinchado tome la decisión de ir al médico. ¡Llamadme hipocondriaca!
Como os iba contando, al ser domingo y verme totalmente incapacitada para caminar, ya no pedía hacerlo con dignidad siquiera, tome la decisión de pasar por Urgencias para que algún especialista me echara un vistazo. Me desviaron directamente al Traumatólogo, imaginad la tarde más entretenida que eché allí porque todo el que llegaba tenía más prioridad que yo, y todo para decirme que no tenía nada roto, que pidiera cita para el Podólogo y que me tomara un ibuprofeno cada ocho horas. Gracias Sara.
Tras una radiografía y varias visitas al Podólogo me entero que tengo una sesamoiditis… ¿Y qué carajos es eso? Resulta que los huesos se pueden inflamar ¡Me quedé muerta!
Como soy de la LOGSE no lo sabía, y a mí esto me ha ocurrido con uno muy pequeño pero que duele como si fuera del tamaño del fémur.

Mi cara debió ser de confusión total porque mi amigo el Podólogo (después de tanto tiempo, como comprenderéis, nos hemos hecho íntimos) me dijo que no me preocupara porque no era nada grave pero, eso sí, es bastante molesto. En cuanto salí de la consulta imaginaréis que lo primero que hice fue buscar sesamoiditis en Google, confieso que me sorprendió no encontrar nada alarmante.

Mi nuevo mejor amigo
Me recomendó hacerme unas plantillas, que me costaron un dolor pero no me quedaba otra que pagar, porque el hueso este se encuentra en una zona del pie que es prácticamente imposible no apoyar en el suelo, y si no probad a andar sin los pulgares. Estas tardarían entre una y dos semanas así que mientras tanto debía olvidarme de usar tacones (por supuesto), bailarinas y cualquier otro calzado cuya suela fuera plana y no tuviera aproximadamente dos centímetros de tacón. En resumidas cuentas, sólo podía usar botas planas.

Mi vida se iba derrumbando por momentos ¡¡me recomiendan reposo y calzar únicamente botas planas!! ¿Y tienes la cara de decirme que no es grave? Salí de allí indignada y lamentándome de mi suerte a mis contactos de Whatsapp.
¿Cómo han sido estos días? Un auténtico drama. Intentando no cojear mucho ya que de caminar mal me duele también el otro pie, yendo al fisio para diez días para que me descargue la zona con masajes y unos electrodos súper graciosos pero que hacían un daño que no veas y peleándome con señoras en el Metro para cazar un asiento libre antes que ellas. Por sus caras de desprecio se ve que no entendían que por muy joven que seas, si tienes mal el pie, también necesitas sentarte.

Tras casi un mes esperando las plantillas decidí llamar al centro para preguntar que qué tal y ya de paso informarme por el estado de mi pedido, porque después de varias semanas cojeando el otro pié comenzaba a resentirse. Con toda la pasividad del mundo me respondieron que intentaron ponerse en contacto conmigo y ¡no fue posible! ¿No me estaría hablando de aquella llamada, una semana antes de un número largo a los que no puedes devolver tú la llamada, la cual cogí pero que no me respondió nadie?
Espero que no, se tratará de un error…

Así que pedí cita para ese mismo día y recogí mis más de 100 € en forma de plantillas y que parece que valen la pena, porque el dolor al caminar ha remitido considerablemente cuando las llevo puestas. De todas formas me han dicho que la recuperación total será lenta, así que preveo alguna otra entrada contándoos mi experiencia con la ortopedia.

Antes de marcharme, como ya comenzamos el maravilloso periodo de campaña electoral, os quiero dejar una guía para no perderse en las próximas elecciones.
De nada y ¡gracias por leerme!