Bienvenidos una semana más a En el drama de mi vida, el blog en el que yo cuento mis problemas, vosotros los leéis y por último pedís perdón por quejaros de tonterías. Como habréis visto a lo lago de estos últimos 9 meses, la vida de una "drama queen" como yo no es fácil:
Aunque soy consciente que muchos de vosotros pretendéis imitarme, lo único que podéis hacer es leer y aprender o, como dice mi nuevo ídolo de la semana:
Lo que os digo, muy fan.
Volviendo a lo que nos concierne cada semana, os comunico con todo mi dolor que se me acabó lo bueno... Hoy comienzo mi particular vuelta al cole, al tupper, mi particular depresión post-vacacional y a contar los días que faltan hasta el próximo puente que, me temo, hasta Noviembre no llegará.
Y hoy vuelvo a escuchar temida frase que más odio seguida de "Relájate" en mitad de una discusión, y esta no es otra que "Pero no te quejes, al menos tienes trabajo". ¿Por qué no debo hacerlo? Si por mí fuera no habría ni un sólo parado en este país, y siento mucho la situación que viven muchas familias
Pero ¿por qué tengo que conformarme con mi trabajo si la situación no es buena?. Que conste que esto es una reflexión general, no es que trabaje en condiciones infrahumanas ni nada parecido, y que quede dicho que estoy muy agradecida de poder contar con un empleo en estos tiempos tan turbios. Pero lo que no se dice muchas veces es que los que aún tenemos la suerte de trabajar (y no voy a decir la suerte de cobrar a final de mes porque ya conozco muchos casos en los que lo primer no implica necesariamente lo segundo) no lo hacemos, por lo general, en las mismas condiciones que antes sino que muchas veces se nos pone al límite sabiendo que si queremos cambiar lo tendremos más que complicado.
Así que a todos los que habéis vuelto de vacaciones o estáis en ello os animo a quejaros sin parar, pero en silencio.. que me deprimís más de lo que ya estoy en mi vuelta. Aunque siempre podré decir la mítica frase que dice todo aquel que ha pasado unos días sin acudir al trabajo, aunque sean dos días, y es: "Uy, ya ni me acuerdo de cómo era mi contraseña..."
¿Por qué lo haces? Te has pasado una semana sin venir a trabajar y ¿tienes que hacer el paripé del que se marcha un mes de vacaciones? De donde estaba la cocina si te acuerdas ¿verdad? En fin... como comprobaréis hoy no estoy de humor, nos vemos la próxima semana.
Por cierto, si queréis que cada vez que publique una entrada os llegue un correo súper molón avisándoos de ello no tenéis más que suscribíos donde pone "Sígueme por correo electrónico" en la parte superior derecha de la página. Ya me lo agradeceréis en otro momento, ahora si que me marcho.
¡Gracias por leerme!
Lo que os digo, muy fan.
Volviendo a lo que nos concierne cada semana, os comunico con todo mi dolor que se me acabó lo bueno... Hoy comienzo mi particular vuelta al cole, al tupper, mi particular depresión post-vacacional y a contar los días que faltan hasta el próximo puente que, me temo, hasta Noviembre no llegará.
Y hoy vuelvo a escuchar temida frase que más odio seguida de "Relájate" en mitad de una discusión, y esta no es otra que "Pero no te quejes, al menos tienes trabajo". ¿Por qué no debo hacerlo? Si por mí fuera no habría ni un sólo parado en este país, y siento mucho la situación que viven muchas familias
Pero ¿por qué tengo que conformarme con mi trabajo si la situación no es buena?. Que conste que esto es una reflexión general, no es que trabaje en condiciones infrahumanas ni nada parecido, y que quede dicho que estoy muy agradecida de poder contar con un empleo en estos tiempos tan turbios. Pero lo que no se dice muchas veces es que los que aún tenemos la suerte de trabajar (y no voy a decir la suerte de cobrar a final de mes porque ya conozco muchos casos en los que lo primer no implica necesariamente lo segundo) no lo hacemos, por lo general, en las mismas condiciones que antes sino que muchas veces se nos pone al límite sabiendo que si queremos cambiar lo tendremos más que complicado.
Así que a todos los que habéis vuelto de vacaciones o estáis en ello os animo a quejaros sin parar, pero en silencio.. que me deprimís más de lo que ya estoy en mi vuelta. Aunque siempre podré decir la mítica frase que dice todo aquel que ha pasado unos días sin acudir al trabajo, aunque sean dos días, y es: "Uy, ya ni me acuerdo de cómo era mi contraseña..."
¿Por qué lo haces? Te has pasado una semana sin venir a trabajar y ¿tienes que hacer el paripé del que se marcha un mes de vacaciones? De donde estaba la cocina si te acuerdas ¿verdad? En fin... como comprobaréis hoy no estoy de humor, nos vemos la próxima semana.
Por cierto, si queréis que cada vez que publique una entrada os llegue un correo súper molón avisándoos de ello no tenéis más que suscribíos donde pone "Sígueme por correo electrónico" en la parte superior derecha de la página. Ya me lo agradeceréis en otro momento, ahora si que me marcho.
¡Gracias por leerme!
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