lunes, 21 de octubre de 2013

Novatos

Binenvenidos una semana más a En el drama de mi vida. Antes de nada os pido disculpas por no publicar nada la semana pasada, pero a veces y de manera excepcional experimento lo que algunas personas llaman "felicidad" y no tengo nada de lo que desee quejarme.
No temáis porque aquello pasó y he vuelto con más fuerzas que nunca.

¿Qué me ha ocurrido esta vez? Pues que después de tanta entrevista de trabajo ¡¡por fin pude cambiar de empleo!!
Dadme la enhorabuena.

Pero a pesar de que es un grata noticia, no hay que olvidad que lleva consigo un montón de "accesorios" de los que no eres consciente hasta que llega tu primer día. Para empezar ese paseíllo infernal en el que te presentan a unas 100 personas cuyas caras olvidarás en cuanto saludes a la siguiente, es maravilloso porque luego te cruzas con ellas y, como no las conoces, no las saludas. Buena manera de que piensen que eres un maleducado.
Mientras memorizas a contrarreloj cada cara con sus nombre correcto, probablemente renombres a toda la oficina como perdona: perdona ¿dónde está el baño?, perdona es que tengo una duda o perdona ¿cuál es tu nombre? Porque esa es otra, si eres el nuevo tienes la misión de preguntar absolutamente todo.
Pero a mi gusto, lo más agobiante del principio es ese sentimiento de abandono que te persigue constantemente, me explico. Cuando eres el nuevo esperas que tus compañeros sean normales educados y te integren en el grupo (os aseguro por experiencia que no es algo tan evidente) pero al principio es obvio que les tengas que "recordar" como una alarma que existes y que vas a empezar a formar parte de su equipo, sino puede que a veces se les vaya el santo al cielo. Como consecuencia de eso los primeros días estás alerta de cualquier movimiento que ellos puedan realizar para no quedarte atrás.
El otro día sin ir más lejos vi que mi compañero de mesa se levantó y no dudé en seguirle por si había alguna conspiración contra mí para no avisarme para comer, cuando acabé en el lavabo de caballeros y me lanzó una mirada de asombro y miedo sólo se me ocurrió decir: "perdona, ¿este es el baño?
Otra cosa de la que no fui consciente hasta la noche antes de empezar fue el tema de la vestimenta ¿cómo se me pudo pasar algo así a mí? Ante la duda yo siempre recomiendo pasarse de elegante, pero cuando te has plantado tus mejores galas pero al llegar ves que las rastas de tu jefe superan la altura de tus tacones hace que tu condición de nuevo destaque aún más si cabe. Entonces te imaginas lo siguiente:
- ¿Quién es esa que parece que va de boda?
- La nueva, ¿no ves la cara de susto que tiene?
- Es verdad tío, a mi antes me siguió hasta el coche preguntándome si desde ahí salía el autobús.
- Qué tía más rara, ignoremosla
Llega la hora de la comida y a pesar de todo te avisan para comer mientras tu reprimes unas lagrimitas de emoción: por fin llegó el momento.
Y llega otro dilema, porque como verás el principio la mayor tontería se convierte en un estrés, no sabes si limitarte a comer, escuchar y que tu presencia se note lo menos posible o por otro lado meterte donde no te llaman e intentar participar en las conversaciones. En mi caso los nervios me hicieron hablar compulsivamente... así voy ganando puntos para ser na nueva "rara" del equipo.
Ya he rebasado con creces el límite entre los nervios y la paranoia, lo mejor es que intente eliminar tanto pensamiento negativo centrándome en el trabajo pero ¿qué trabajo? Llevas horas sin hacer nada porque, a pesar de que le has pedido algo a tu jefe, está tan ocupado con cosas "importantes" que no tiene tiempo para ver qué chorrada te puede mandar para que te entretenga. Estar sin hacer nada no sería problema si no quedara poco profesional estar sentado frente al ordenador pensando en tus cosas, o revisando cada movimiento de tus compañeros por si de repente salen todos corriendo para no avisarte, mientras tu superior se pasea por la zona pero claro, si te ha dicho que ahora te manda algo no vas a acosarle a mails cada media hora, demasiada fama de chiflada me he ganado a lo largo del día.
Me preguntaréis cuánto dura esta tortura, sólo hay una respuesta: cuando entra otro nuevo a la empresa y ves que tiene más miedo que tú. En ese momento tu pagas toda esta frustración con él ¡¡que se fastidie y sufra como he sufrido yo!!
A quienes no haré sufrir será a todos los nuevos lectores de este blog así que difundidlo entre vuestros amigos y conocidos. Mientras tanto os dejo por hoy con la promesa de volver el próximo lunes con un nuevo drama para vosotros, soy un imán de problemas.

¡Gracias por leerme!

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