domingo, 10 de febrero de 2013

Fuera de juego

Como os prometí la semana pasada parece que mi pelea contra los virus finalizará de manera victoriosa para mí, no se cuando... pero se que acabará. Mientras tanto paso mis días pensando en cómo será el momento en el que pueda comer con normalidad. Yo lo imagino parecido a esto:


Desde hace unos días estoy soñando con todo tipo de alimentos, incluso aquellos que no me gustan, y también he desarrollado el olfato que ríete tú de los perros. Soy capaz de oler un trozo de pan a metros de distancia, y si me lo propongo puedo oler cualquier tipo de comida que me imagine en cualquier momento. Por otro lado he creado una intolerancia al Aquarius, el pescado a hervido y el arroz blanco, pero es que es olerlo y...
Por no hablar que he estado extremadamente irascible: odiaba a cualquier persona que comiera o mencionara la comida en mi presencia. Todo esto ha hecho que acumule rabia para poder criticar todo lo que se me ponga por delante, y esta semana lo va a pagar el fútbol, lo siento pero no hay otra opción.

Quiero tratar este tema desde el punto de vista de una aficionada a este y otros muchos deportes, pero aunque disfrute viendo un partido no termino de entender la importancia que se le dan a asuntos relacionados con futbolistas, entrenadores o árbitros. Parece que se están tratando asuntos de estado cuando realmente se está hablando de un deporte, o de la actitud de unas personas que se dedican a ganar dinero únicamente para si mismos. 

Hace una semana cuando empecé a plantear esta nueva entrada mi idea era hacer una crítica a esos programas que hablan de temas tan triviales como "La lesión de Iker", "¿Qué ocurre en el vestuario del Real Madrid?" o "¿Jugará Valdés sabiendo que no renovará?" durante semanas, como si el mundo fuera a terminar por alguna de estas razones. Pero el lunes leí una noticia en la prensa sobre la que creo que hay que reflexionar aunque sea unos instantes: Una veintena de aficionados le da una paliza al árbitro de un partido de primera provincial¿¿Nos hemos vuelto locos?? Hace un mes tres aficionados mataron a un árbitro en Holanda y ahora en Sevilla un grupo de personas le dan una paliza a la "máxima autoridad" en el campo. Yo creo que algo está fallando.

¿Hasta qué punto se le está dando importancia a un deporte para que un grupo de personas pierda la razón de tal manera?, si alguna vez habéis ido a ver un partido el en estadio entenderéis lo que os digo. A mi me gusta ir (siempre que los precios me lo permiten) porque se ve de otra manera, pero lo normal es que en cada decisión arbitral la gente de tu alrededor comience a gritar de manera descontrolada increpando al colegiado. Ya puede un jugador haberle dado un golpe claro a otro del equipo rival, que el forofo siempre  opinará que el árbitro no tuvo por qué amonestar a su ídolo. 

Lo peor es que, muchas veces, los propios jugadores o entrenadores fomentan esa violencia en las ruedas de prensa o con declaraciones en los días posteriores. No me refiero a que apoyen directamente esos insultos, sino que juegan un papel de víctimas que incita al hincha a que en el próximo partido a la mínima se transforme en un energúmeno. 
Por no hablar de la prensa, a la que me refería al comienzo de esta entrada, que entiendo que tiene que crear temas a diario para vender periódicos o no perder audiencia, pero desde mi más humilde opinión también las considero responsables de que cada vez sea más insoportable acudir a un campo de fútbol.
Lo casos más curioso suceden en verano cuando no hay liga, porque como no hay noticias muchas veces tienen que inventárselas a partir de cualquier rumor. 

Los dos ejemplos anteriores anuncian fichajes de jugadores al Real Madrid o al Barcelona respectivamente que jamás llegaron a ser, pero seguramente se creó una historia que dio para varios días en los medios. 

Otro punto que me llama la atención hasta asustarme es la capacidad que tienen el fútbol en España para movilizar a la gente. Por ejemplo recuerdo cuando se ganó la última Eurocopa este verano, que las calles estaban llenas de gente tanto esa noche como al día siguiente que llegó el equipo a Madrid. ¿Os imagináis que esto sucediera cada vez que nos enteramos de algún caso de corrupción o de las cifras del paro?
Hace poco me comentaron un caso relacionado con el Comunio, este es un juego online en el que creas un equipo de fútbol y compites con tu grupo de amigos según cómo jueguen "tus jugadores" cada jornada, cuya puntuación se la da un determinado periódico. Es decir, si en mi equipo tengo jugadores que han marcado goles el periódico los valorará positivamente y tendré más puntos que si en mi equipo tengo jugadores que han sido expulsados o ni siquiera han jugado, todo esto se acumula semana tras semana y se plasma en una clasificación general. 

El caso que quería comentar es que una semana un jugador, cuyo nombre no recuerdo, hizo un gran partido pero el periódico en cuestión no lo valoró como se supone que debía. Esto creo tal malestar entre los participantes del juego que finalizó enviando una queja al medio en concreto para pedir que se revisara la valoración dada a "su jugador". Finalmente, tras varias presiones, la puntuación fue modificada y todos quedaron contentos. Mi pregunta es ¿esas personas se movilizarían de la misma manera si supieran, por ejemplo, que su alcalde se gasta el dinero de los impuestos en viajes personales?

Espero que tengáis una buena semana, y que comáis todo aquello que yo añoro. ¡Gracias por leerme!

1 comentario:

  1. Sin duda alguna el mejor post de todo el repertorio!!!

    Si sigues así, ya tienes un follower de por vida xD

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