Lo prometido es deuda y, tras unas semanas de puro estrés y deseos asesinos, ya soy libre como un pequeño pajarito que vuela sin rumbo y ninguna preocupación por la senda de la vida, sin pararse a pensar qué nueva aventura le deparará el destino. A partir de la próxima semana acabaré con esta anarquía de publicaciones y ,como en todo blog de bien, volveré a las publicaciones del domingo. Os dejo unos segundos para que os pongáis un aviso...
Por cierto ¿Os habéis fijado lo culta que me he vuelto desde que retomé los estudios y el símil tan bueno que he hecho entre mi persona y un pajarito? Tranquilos, no es el de Maduro. Quiero decir que os encontráis frente a una mente brillante y ni os dais cuenta, pero como se suele decir: "No está hecha la miel para la boca del asno".
No quiero que os deis cuenta que os acabo de comparar con los pobres borricos, os enfadéis mucho mucho y dejéis mi blog olvidado como cuando os olvidasteis de King África:
Así que continuaré actuando como si nada de esto hubiera pasado... Como os iba contando hace unos días hice un examen que me hizo revivir aquellos momentos de pánico en la universidad, justo en la semana que las facultades más importantes se empiezan a llenar de jóvenes imberbes que corretean por los pasillos repasando Lengua y Literatura. Qué recuerdos...
Mi examen era de inglés (ya sabes, por si hay que emigrar o como diría la ministra por si me quiero "movilizar al exterior") porque, después de una entrada que subí hace un tiempo acerca de la lengua de Shakespeare ¿la recordáis? decidí que tenía que dar ejemplo y ponerme manos a la obra.
Al comienzo todo era bonito, la fecha del examen quedaba muy lejos aún así que la tranquilidad invadía todo mi hermoso ser.
A medida que pasaban las semanas, el sueño empezó a vencer a las ganas de aprender pero como aún quedaba tiempo no me preocupé en exceso. "Aún estoy a tiempo" pensaba, "así que porque descanse un poco la mente tampoco va a pasar nada. Mañana sin falta me levanto a las 6 para estudiar y así compenso."
¿En serio? Tu "yo" del futuro le mandará el trabajo al siguiente, y así ha sido a lo largo de la historia y no cambiará jamás. Eso de estudiar día a día es algo que se han inventado entre los profesores y los empollones para querer vendernos que es fácil sacar todo con buena nota. Abrid bien los ojos amarga-infancias/adolescencia, a partir del tercer día estudiar día a día ¡es físicamente imposible.!
Pero volviendo a mi experiencia reciente, y recordando aquello que me decía mi padre cuando nos íbamos de vacaciones: "Disfruta de estos días porque, aunque pienses que no llegará nunca, el día de regresar a casa llegará". ¡Y claro que llega! cuando me quise dar cuenta me estaban diciendo aquello de que me fuera a la cama pronto para estar descansada al día siguiente. Pero...¿¿mañana ya??
Si mis queridos fans, el día llegó antes de que fuera consciente de ello y el pánico se apoderó de mi esbelta figura. En esos momentos lo que haces es estudiar toooodo lo que no has estudiado los meses previos y, aunque se que lo seguiremos haciendo, mi conciencia me dice que debo avisaros que es un gran error. Los nervios bloquean cualquier entrada al cerebro y por mucho que leas y leas, eres incapaz de memorizar nada.
Lo recomendable es despejarse y, al menos, ir feliz y tranquilo para que tu imaginación haga el resto. En mi caso estudié las últimas horas como si no hubiera mañana, tanto que llegué tarde al examen justo a tiempo para que me dejaran entrar pero con el suficiente retraso para que todos mis compañeros estuvieran ya colocados en sus puestos.
Ahora si que estaba con los nervios a flor de piel, de hecho cuando me pidieron que escribiera mi nombre en la hoja tuve que consultar el DNI para asegurarme que al menos esa parte la hacía correctamente.
Ya no hay nada que hacer, esto es algo entre el papel y tu, empiezas a leer las preguntas porque piensas "a ver si hay alguna que me sepa y así al menos rasco algún punto". Pero, ¿qué hacer cuando no se da esa posibilidad e incluso llegas a plantearte que te has equivocado de examen?
Tras varias horas en aquella sala, en la que parece que llevas toda tu vida, lo último que te importa es aprobar o aunque sea sacar un suspenso con dignidad. Pero aquí viene otro dilema ¿vas a salir el primero de un examen? Imagínate que el aburrido profesor comienza a mirar tu examen antes de que hayas recogido tus cosas, mejor que lea las barbaridades que has puesto cuando tú no te encuentres allí.
Por fin alguien se levanta, ¡vamos valiente!, así que rápidamente un numeroso grupo en el que te incluyes se levanta apresuradamente para abandonar el lugar del delito. ¡Corred todos insesatos, ahora está entretenido con el primer examen!
Ya acabó y la suerte está echada, ¿que cosa peor puede ocurrir? Pues que algún amigo se dedique a perseguir a los demás comparando las respuestas. ¡Odio eso!
¿Por qué lo hace? ¿Le gusta el sado quizás? ¿Sabe que va a sacar un sobresaliente y le gusta humillar al resto que luego nos arrastraremos en la revisión?
Ahora lo que toca es celebrarlo con los demás, ¿qué has suspendido? Da igual, ¡ya has acabado!.
Quién sabe, a lo mejor suena la flauta y hasta llegas al 4.5, eso en revisión lo apruebas a no ser que el profesor sea una mala persona y "te suspenda". ¿Te imaginas que al final apruebo?
Lo que no me imagino es que la próxima semana no entréis al blog, porque no me abandonaréis ¿verdad amigos?
¡Gracias por leerme!
Seguro q al final sacas un sobresaliente
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