Estos últimos días, a no ser que hayáis vivido en una burbuja, habréis sido conscientes que se ha vuelto a celebrar el festival de Eurovisión. No voy a explicar a estas alturas en qué consiste, porque si me dices que jamás lo has visto me vas a tener qué decir en qué maravillosa pompa te escondes para hacerme un hueco cuando así lo solicite.
La verdad es que este certamen suele copar sólo unos breves instantes de mi atención. Confieso que me gustaría ser capaz de vivirlo como las personas que viajan hasta el país anfitrión o que siguen las distintas clasificaciones porque se les ve disfrutar realmente de ello. Juro que lo he intentado pero es que no... este tipo de festivales no es lo mío.
Como no me interesaba en absoluto y sabía que con esa canción, que parecía que la estaba cantando un pobre caniche mientras alguien muy malo lo pisaba, no llegaríamos a ningún lado decidí ver el fútbol ya que la hora del telediario había pasado para mi desgracia. Debe ser que los señores que retransmitían el partido eran conscientes de que tras la final de la Copa del Rey del día anterior los hombres habían tenido que ceder el sábado el poder del mando a distancia a las señoras, que digo yo si los señores de la LFP nos hicieran un poco de caso y se jugara así:
Un gran grupo damas y caballeros que ahora mismo pasan olímpicamente de el deporte rey ¡¡verían hasta el Cacereño - Melilla!!
La cuestión es que como nadie me escucha, a muchos hogares les tocaba ver Eurovisión por lo que la audiencia de aquel enfrentamiento era bajísima y los comentaristas narraban el partido con la misma intensidad que la de nuestro querido Iniesta-de-mi-vida ¿a quién no le cae bien este hombre?
¡Qué sopor! Sentía que una mano negra me obligaba a dejar de ver aquel partido contado con tanta desgana para caer en el embrujo del europeísmo. No tuve más remedio que ceder y cambiar el canal, llegué justo para el momento en el que resumen todas las actuaciones y comienzan las votaciones. Lo más entretenido sin duda.
Por lo que pude ver el caniche estaba algo afónico de tanto ser pisado o puede que los nervios le jugaron una mala pasada, la cuestión es que aquella actuación no fue la mejor de su carrera. No lo digo sólo yo, lo dijeron todos los países a excepción de Albania e Italia... ¡qué majos que nos votaron!
Descubrí con agrado que el tiempo dedicado a cada país para votar se ha visto reducido considerablemente, ahora se hacía de manera automática exceptuando los 8, 10 y 12 puntos. Así se avanza mucho más rápido pero no quitan al espectador el placer de repetir a la presentadora cuando traduce las puntuaciones al francés... ¿o es que vosotros nunca habéis dicho eso de "La grusí di puá"? Hubo una cosa que me animó y es que no somos los peores de Europa hablando en inglés, tampoco éramos los mejores pero es que con Gran Bretaña es difícil competir.
Finalmente ganó Dinamarca que era la canción favorita para los expertos en este tipo de festivales y España quedó penúltima con un total de 8 votos.
Aunque para mí esa no fue la injusticia de la noche, lo peor fue que Grecia no ganara y quedara en sexta posición, ¡si eran los mejores! ¿De verdad me estás diciendo que no has visto la actuación de Grecia? Yo me he convertido en una gran fan después de verlos, y no voy a parar hasta que los señores responsables de las votaciones se retracten y reconozcan que eran los merecidos ganadores pero que la cantante danesa es más mona y por eso ganó.
Ahora te acordarás de el maldito momento en el que viste el vídeo porque no vas a poder parar de canturrear el estribillo "alcohol alcohol alcohol is free..." Ten suerte que el resto de la canción está cantada en griego y es más complicado de recordar, aunque si acabé cantando aquella de unos rumanos... ¿La recordáis?
Bueno, ahora si que os vais a acordar de toda mi extensa familia así que me marcho antes de que no quieras volver a mi blog.
¡Gracias por leerme!
La verdad es que este certamen suele copar sólo unos breves instantes de mi atención. Confieso que me gustaría ser capaz de vivirlo como las personas que viajan hasta el país anfitrión o que siguen las distintas clasificaciones porque se les ve disfrutar realmente de ello. Juro que lo he intentado pero es que no... este tipo de festivales no es lo mío.
Como no me interesaba en absoluto y sabía que con esa canción, que parecía que la estaba cantando un pobre caniche mientras alguien muy malo lo pisaba, no llegaríamos a ningún lado decidí ver el fútbol ya que la hora del telediario había pasado para mi desgracia. Debe ser que los señores que retransmitían el partido eran conscientes de que tras la final de la Copa del Rey del día anterior los hombres habían tenido que ceder el sábado el poder del mando a distancia a las señoras, que digo yo si los señores de la LFP nos hicieran un poco de caso y se jugara así:
Un gran grupo damas y caballeros que ahora mismo pasan olímpicamente de el deporte rey ¡¡verían hasta el Cacereño - Melilla!!
La cuestión es que como nadie me escucha, a muchos hogares les tocaba ver Eurovisión por lo que la audiencia de aquel enfrentamiento era bajísima y los comentaristas narraban el partido con la misma intensidad que la de nuestro querido Iniesta-de-mi-vida ¿a quién no le cae bien este hombre?
Por lo que pude ver el caniche estaba algo afónico de tanto ser pisado o puede que los nervios le jugaron una mala pasada, la cuestión es que aquella actuación no fue la mejor de su carrera. No lo digo sólo yo, lo dijeron todos los países a excepción de Albania e Italia... ¡qué majos que nos votaron!
Finalmente ganó Dinamarca que era la canción favorita para los expertos en este tipo de festivales y España quedó penúltima con un total de 8 votos.
Aunque para mí esa no fue la injusticia de la noche, lo peor fue que Grecia no ganara y quedara en sexta posición, ¡si eran los mejores! ¿De verdad me estás diciendo que no has visto la actuación de Grecia? Yo me he convertido en una gran fan después de verlos, y no voy a parar hasta que los señores responsables de las votaciones se retracten y reconozcan que eran los merecidos ganadores pero que la cantante danesa es más mona y por eso ganó.
¡Gracias por leerme!
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