lunes, 7 de enero de 2013

Vestidos para matar


Antes de decepcionar a algunos, aclarar que no voy a hablar sobre el disco de los Kiss con este nombre, aunque si comentaré que me he regalado a mí misma una camiseta con esa portada que ¡¡me encanta!!

Con la resaca de la navidad muy reciente, y los contenedores inundados de cajas de juguetes y roscones, os propongo reflexionar sobre algo que me ha llamado la atención en estas fiestas y que yo he denominado los estilismos.

Es importante saber qué tipo de ropa hay que utilizar en cada ocasión, sino puede ocurrirte lo mismo que a la mujer de la siguiente imagen.


Es una lección sobre la mala combinación que hacen las faldas de tubo, los zapatos de tacón y el campo (espero que todo acabara bien…).

Pero más importante aún es saber qué tipo de ropa es la que mejor te queda, sino podrá pasarte lo mismo que a Fergie en la imagen posterior. No sé si me espanta más la camisa/top con corbata, los shorts a juego con la banda de las botas o la cadena dorada que comienza en el cinturón y cae estratégicamente por el muslo…


En esta entrada quería comentar que estos días de fiesta he asistido, de manera totalmente involuntaria y  horrorizada, a un desfile de estilismos de fiesta que me han hecho replantearme las cosas más de una vez. Por ser fin de año no es necesario brillar si lo vas a hacer sin sentido, ni usar tacones si con ellos vas a parecer más Lina Morgan que Miranda Kerr.

Si te decantas por un vestido palabra de honor, te suplico que el sujetador que utilices (en el caso que lo hagas) no tenga tirantes, y no me digáis que los de silicona no se ven… por favor, ¡en qué piensa la gente! 

Por último, hay muchas personas que piensan que por comprarte ropa o complementos caros ya se puede ser elegante. Me temo que a mucha gente estas navidades le ha pasado como a la princesa Beatriz en la boda de su primo Guillermo.


El tema de las bodas es algo que merece otra entrada, espero que para ese momento haya conseguido resolver por qué a las invitadas de las bodas de día les encanta ponerse plumas y tocados imposibles en la cabeza. Espero que la imagen de la arquitecta con tacones os haga reflexionar y desaparezcan esas escenas de invitadas de boda destrozándose los zapatos.

Antes de despedirme me gustaría animaros a comentar las entradas, tanto si os gustan como si no. ¡Gracias por leerme! 




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