Bienvenidos una semana mas a En el drama de mi vida, aunque para drama el que tengo con el tiempo. ¿Quién fue el que decidió que hasta el 40 de mayo no había que quitarse el maldito sayo? ¿Duermes bien por la noche sabiendo que actualmente tengo que tener en mi armario el abrigo y camisetas sin mangas? Espero que no.
De hecho en mi blog de cocina publiqué hace unos días una ensaladita, algo así fresquito, pero me estoy planteando muy seriamente preparar unas lentejas para la próxima semana. Menos mal que no me dio por subir las sandalias del trastero...
Más allá de que porque el tiempo esté como las cabras, el mes de mayo también se caracteriza por la cantidad de comuniones-y-demás-eventos_que-dan-pereza que hay por fin de semana. ¿Alguna vez os hablé de mi numerosa familia y que yo formo parte de ella como el típico fallo aunque no por ello menos querida? Pues debido a la cantidad de hermanos mayores que tengo he pasado por varias épocas en las que tenía una boda por año, un bautizo por año y actualmente se ha abierto la veda de las comuniones. Cómo pasa el tiempo y cómo crecen los niños, menudo bajón.
Hace unos días tuve dos comuniones y, aunque eran a la vez, en cuando supe la fecha me empecé a preguntar: "¿Y yo qué me pongo?". Si eres hombre, y especialmente si eres un hombre heterosexual, casi al 99% decidirás que vas a llevar puesto unas pocas horas antes, pero el resto de la humanidad necesita un tiempo para pensarlo. En mi caso, tras escoger el correspondiente vestido, elegir los zapatos y adquirir algunos complementos que lo hicieran totalmente diferente para que no se notara tanto que estaba repitiendo modelito...
Después de todo esto, a cuatro días de la comunión el tiempo da un bajón de temperatura de 10 grados. Quería morirme.
¿Ahora qué hacía? Mi vestido era sin mangas y la chaqueta que llevaba tenía más de decorativo que de abrigo, y hablando de abrigo, queda raro ir a una comunión con uno puesto ¿verdad? ¿Y el pelo? Como le diera por llover lo más sensato era hacerme una coleta, como cuando salgo a correr, y así al menos no pareceré un miembro de los Jackson Five.
Finalmente mis súplicas fueron escuchadas, el tiempo se portó, mi pelo se mantuvo en su sitio y pude dejar el abrigo en casa sin sufrir una hipotermia. ¡Fastídiate imbécil que dijo lo del sayo! Así que durante la eucaristía, como ya no tenía preocupación alguna, me puse a pensar acerca de cómo se vive la religión a día de hoy.
¿Por qué algunos padres desean que sus hijos hagan la primera comunión si luego ellos no son practicantes y no van a acompañar a sus hijos cada domingo a misa, haciendo que el niño también deje de ir? ¿Por qué se hace si luego en la misma celebración se van a hacer burlas sobre las "tonterías" que dijo el sacerdote en la homilía? A pesar de mi educación cristiana con el paso del tiempo dejé de creer, así que desde entonces no participo en ningún tipo de celebración religiosa más allá que cuando se me ha invitado y por respeto acudo.
Hacer la primera comunión, casarse por la Iglesia o bautizar a un hijo ¿se ha convertido en un acto social obviándose lo que realmente significa? ¿Tiene sentido querer contraer matrimonio religiosamente, cuando realmente no tiene ningún valor legal, para quejarte de tener que hacer los cursillos prematrimoniales o de las cosas que cuentan en ellos? ¿Tiene sentido bautizar a tu bebé cuando la próxima vez que ese niño pise una Iglesia sea para hacer la catequesis antes de la comunión?
Lo dejo ahí porque es un tema delicado y no quiero que os enfadéis conmigo y dejéis de leerme
Cambiando de tema, lo que realmente me hizo pensar mientras estaba sentada en aquel banco de madera fue el concepto que tiene mucha gente de cuál es la ropa adecuada para ir de comunión. En modo resumen por si tenéis prisa:
Hace unos días tuve dos comuniones y, aunque eran a la vez, en cuando supe la fecha me empecé a preguntar: "¿Y yo qué me pongo?". Si eres hombre, y especialmente si eres un hombre heterosexual, casi al 99% decidirás que vas a llevar puesto unas pocas horas antes, pero el resto de la humanidad necesita un tiempo para pensarlo. En mi caso, tras escoger el correspondiente vestido, elegir los zapatos y adquirir algunos complementos que lo hicieran totalmente diferente para que no se notara tanto que estaba repitiendo modelito...
Después de todo esto, a cuatro días de la comunión el tiempo da un bajón de temperatura de 10 grados. Quería morirme.
¿Ahora qué hacía? Mi vestido era sin mangas y la chaqueta que llevaba tenía más de decorativo que de abrigo, y hablando de abrigo, queda raro ir a una comunión con uno puesto ¿verdad? ¿Y el pelo? Como le diera por llover lo más sensato era hacerme una coleta, como cuando salgo a correr, y así al menos no pareceré un miembro de los Jackson Five.
Finalmente mis súplicas fueron escuchadas, el tiempo se portó, mi pelo se mantuvo en su sitio y pude dejar el abrigo en casa sin sufrir una hipotermia. ¡Fastídiate imbécil que dijo lo del sayo! Así que durante la eucaristía, como ya no tenía preocupación alguna, me puse a pensar acerca de cómo se vive la religión a día de hoy.
¿Por qué algunos padres desean que sus hijos hagan la primera comunión si luego ellos no son practicantes y no van a acompañar a sus hijos cada domingo a misa, haciendo que el niño también deje de ir? ¿Por qué se hace si luego en la misma celebración se van a hacer burlas sobre las "tonterías" que dijo el sacerdote en la homilía? A pesar de mi educación cristiana con el paso del tiempo dejé de creer, así que desde entonces no participo en ningún tipo de celebración religiosa más allá que cuando se me ha invitado y por respeto acudo.
Hacer la primera comunión, casarse por la Iglesia o bautizar a un hijo ¿se ha convertido en un acto social obviándose lo que realmente significa? ¿Tiene sentido querer contraer matrimonio religiosamente, cuando realmente no tiene ningún valor legal, para quejarte de tener que hacer los cursillos prematrimoniales o de las cosas que cuentan en ellos? ¿Tiene sentido bautizar a tu bebé cuando la próxima vez que ese niño pise una Iglesia sea para hacer la catequesis antes de la comunión?
Lo dejo ahí porque es un tema delicado y no quiero que os enfadéis conmigo y dejéis de leerme
Cambiando de tema, lo que realmente me hizo pensar mientras estaba sentada en aquel banco de madera fue el concepto que tiene mucha gente de cuál es la ropa adecuada para ir de comunión. En modo resumen por si tenéis prisa:
- No es una boda, así que deja en casa los palabra de honor, los chales brillantes (aunque yo eso directamente lo quemaría) y vestidos largos más propios de una gala de nochevieja en Telecinco.
- Tampoco es un almuerzo familiar, así que por mucho que las sandalias tipo Jesucristo Superstar te parezcan lo más ideal te rogaría que lo dejaras también en el armario. Aunque haría con ellas lo mismo que con el chal, tu verás.
- ¿Vaqueros? ¿En serio?
- Se que acabo de decir que no es una boda, pero seguro que hay una norma que dice que las niñas invitadas no deben ir de blanco porque se confundirían con las niñas que hacen la comunión. En serio ¿no hay más colores?
Os he dejado tema de sobra para pensar, aunque si aún así tenéis tiempo os dejo el siguiente enlace sobre un bikini con relleno que vende Carrefour para niñas, así no me echáis tanto de menos. ¡Gracias por leerme!